Casi el 60% de las grandes empresas están utilizando incentivos como una manera de hacer a sus trabajadores entrar al gimnasio, a un programa de bienestar, u a otro programa de mejora de la salud, según un nuevo estudio realizado por la firma Aon Hewitt, (AON), la gran consultora global de recursos humanos. Eso se compara con sólo el 37% en 2011.
Por lo menos cuatro de cada cinco empleadores en los Estados Unidos - 84% - ya ofrecen incentivos por completar una evaluación de riesgo para la salud, que es, por lo general, un cuestionario que se completa vía Internet acerca del estado general de salud, dijo Aon Hewitt. Otras dos terceras partes de los trabajadores estadounidenses están también aplicándose exámenes biométricos, tales como pruebas de niveles de colesterol y glucosa para tener acceso a incentivos.
La mayoría de los incentivos otorgados por los empleadores están por el orden de entre 50 a 150 dólares, que se pueden usar para la reducción del costo de las primas que son deducidas del sueldo de un trabajador. También es cada vez más común entre los empleadores el ofrecer tarjetas de regalo por montos similares (de 50 a 100 dólares), o simplemente pagando más días de sueldo, dijo Aon Hewitt.
El estudio proviene de una base de datos de cerca de 2.000 empresas con 20 millones de empleados y sus dependientes. Los beneficios son proporcionados por empleadores de grandes y medianas empresas, y administrados por una serie de planes de salud, como UnitedHealth Group (UNH) de Humana Inc. (HUM), Aetna (AET) y los planes de Blue Cross y Blue Shield.
Digamos que se trata de “una zanahoria más grande” dentro del enfoque de la “zanahoria y la vara” en cuanto al cuidado de la salud. Enfoque que ha tenido durante mucho tiempo una “vara muy larga” en la forma de mayores costos de atención de salud, deducibles y copagos, cuando los estadounidenses están utilizando cada vez más los servicios de salud que llevan a mayores costos para todo el mundo.
Los incentivos se utilizan ahora con la esperanza de que los trabajadores adopten un estilo de vida saludable, bajen de peso, permanezcan fuera del hospital y también para tratar de ahorrar dinero al empleador en su cada vez mayor cuenta de gastos destinada a la atención medica.
Los incentivos también están siendo cada vez más vinculados a la necesidad de que el trabajador actúe y cumpla objetivos concretos por su salud. De las empresas que están ofreciendo incentivos, por ejemplo, casi el 60% los están otorgando si los empleados modifican su estilo de vida al dejar de fumar, o perder una cierta cantidad de peso.
"Los incentivos vinculados únicamente a la participación, tienden a convertirse en programas de ayuda social, con empleados que esperan ser recompensados sin ningún sentido de la rendición de cuentas en el logro personal de una mejor salud", dijo Jim Winkler, director de innovación para la Salud y Beneficios de Aon Hewitt. "Para tener un impacto verdadero y un cambio de estilo de los empleados, a uno más saludable, más y más organizaciones se dan cuenta que hay que atar las recompensas e incentivos, a obtener mejores resultados, en lugar de una simple inscripción en los programas."
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